Nuestro momento de Hineni
Hineni: héme aquí.
Hineni es una de mis palabras favoritas del léxico de las Altas Fiestas. Es una palabra muy especial, muy bíblica. Es mucho más que “dar el presente” en el colegio. Su mensaje es: estoy plenamente presente en este momento y pronto para asumir mi misión.
Es como si en esa sola palabra, Abraham, Moisés, o Isaías entre las figuras señeras de Israel dijeran:» Estoy listo para hacer grandes cosas”.
No es casualidad que en varios textos en los que ellos son llamados, sea por Dios o por un ángel se repita el nombre: Abraham, Abraham. Moisés, Moisés, Samuel, Samuel – como si dijeran que tú eres el convocado y solamente tú. Cuando se dice la palabra mágica hineni, el llamado debe ser específico para una tarea singular. El hineni se dice con pleno reconocimiento de la trascendencia de la tarea y de las consecuencias de lo que está por venir.
Moisés responde a Dios «hineni” en la zarza. Ese momento de la zarza ardiente que no se consumía es fundamental en la transición de Moisés de su papel de pastor de ovejas a líder de la nación hebrea.
Hineni implica estar presente con toda la plenitud de nuestro ser.
¿Cuál es nuestro momento hineni? ¿Qué deberíamos estar realizando en aras de un gran propósito en el próximo año, y cómo vamos a responder?
Hineni es el momento de traspasar la línea, de tomar la decisión, de asumir el compromiso. Hineni es la respuesta a una situación de necesidad en el mundo, a un grito de otra persona.
Hay muchas razones para ignorar el grito. Sólo hay una razón para no hacerlo: el claro conocimiento de que es por esta razón que uno está aquí, que responder a ese grito es parte de lo que significa ser una persona creada a imagen de Dios.
Creo que la expresión «Hineni-héme aquí», tiene tres mensajes importantes para nosotros: estar presentes para nuestra propia vida espiritual, estar presentes para los demás y estar presentes para nuestra comunidad.
Muchos de nosotros aseveramos que la vida espiritual debe ser cultivada y por lo tanto requiere de nuestra atención. Pero ¿cuántos minutos de nuestro día están dedicados al cuidado de nuestro espíritu? ¿Con qué frecuencia nos detenemos, tomamos una respiración profunda, sintonizamos nuestros sentidos y decimos, «hineni-¿estoy realmente aquí, verdaderamente presente en este momento?”.
El gran pensador Abraham Joshua Heschel escribió que el día de Shabat es una permanente enseñanza y un paradigma sobre la importancia de detenernos un día a la semana y contemplar al mundo en toda su belleza y esplendor.
Una vez que nos decimos hineni a nosotros mismos, y nuestras vidas adquieren un centro espiritual, podemos estar para otros.
En nuestras vidas tan atareadas, precisamos estar presentes para nuestras familias como primera prioridad.
¿Estás tú presente para sus seres queridos en el día a día? ¿Estás presente para amigos, familiares y miembros de la comunidad cuando están pasando por momentos difíciles?
Nuestros cónyuges, nuestros padres e hijos, nuestros amigos, necesitan saber que cuando nos llamen, estaremos allí para caminar a su lado y apoyarlos.
El monje budista Thich Nhat Hanh sugiere que «el regalo más precioso que podemos ofrecer a cualquiera es nuestra atención. Cuando la atención plena abarca a los que amamos, ellos brotarán como flores
Cuando nos perdemos la oportunidad de estar presente con nuestros seres queridos más cercanos, es posible que no notemos el daño hecho hasta que es demasiado tarde para ser reparado.
El judaísmo es una religión centrada en el presente, con un énfasis único en el servicio a nuestros semejantes., y para ser vivida en comunidad. Nosotros aceptamos la Torá en el Sinaí e hicimos un pacto con Dios, no como individuos aislados, sino como pueblo. “No se separen de la comunidad”, decían nuestros sabios.
Cada vez que el «hineni» es utilizado, se marca un punto de inflexión, un momento potencialmente transformador que requiere poder de decisión, coraje y resolución.
Heschel z”l evocó un episodio de su niñez: cuando era un niño le enseñaron la historia de la atadura de Isaac. Él recuerda que cuando oyó que el ángel llamó a Abraham para no sacrificar a Isaac, comenzó a llorar. A pesar que su maestro le aseguraba de que Isaac fue salvado, el joven Heschel no encontraba consuelo. Él preguntó a su maestro: «Pero rabino, ¿qué hubiera ocurrido si el ángel hubiera llegado un segundo más tarde?» El rabino explicó que un ángel nunca puede llegar tarde.
Pero Heschel replicó: «Un ángel puede no demorarse, pero el hombre, hecho de carne y sangre, sí puede.»
«Hineni» significa «aquí estoy», pero el poder de la expresión es mucho mayor. Es la aceptación de una obligación, un cometido superior con verdadero sentido de compromiso.
En un mundo lleno de distracciones como en el que vivimos, la forma correcta de traducir «hineni» sería «Estoy plenamente presente». Estoy plenamente presente en mi vida en todas sus facetas. Estoy plenamente presente con mis seres queridos. Estoy plenamente presente en mi trabajo. Estoy plenamente presente cuando estoy conversando contigo. Estoy plenamente presente con la totalidad de mí ser. Esto significa prestar más atención a lo que es importante, más allá de lo urgente y tratar de alcanzar un nivel espiritual más elevado. Estoy plenamente presente como judío, fiel a la tradición de mi pueblo. Estoy plenamente presente como ciudadano del mundo, colaborando en su perfección.
Estar plenamente presente hoy en día bajo la influencia masiva de la tecnología no puede ser dado por supuesto. Se trata sin duda de una tarea difícil, una aspiración y un ideal.
Que en este nuevo año los sonidos del shofar nos inciten a responder hineni para la tarea de cada día.
¿Cómo sería si de hoy en adelante cada uno de nosotros respondiera más a menudo con un hineni más enérgico y decidido?
Hineni – Estoy aquí. Hoy escucharé el llamado que me trae al presente conmigo mismo. Hineni – Estoy aquí. Hoy concentraré más de mi atención, amor y cuidado hacia aquellas personas que sé que necesitan de mí. Hineni – Estoy aquí. Que hoy sea el día en que nos volvamos a dedicar a la re-novación y el mejoramiento del mundo.
Que tengamos el coraje y la audacia para decir, como Isaías hace mucho tiempo: “Aquí estoy, envíame”.
Que en estos Yamim Noraim podamos abrirnos para elegir la vida, y apreciar las múltiples bendiciones que nos rodean por doquier. Todo lo que tenemos que hacer es estar aquí – hineni.
Leshaná Tova tikatevu vetejatemu!
Rabino Daniel Kripper