En Minjá de Shabat, la joven Ayelet Buhbut, hija de Hanan y Angela, será llamada por primera vez a la Torá asumiendo de esta forma su condición de adulta en el seno del pueblo judío.
Compartimos unas reflexiones de Ayelet sobre su parashá:
Después de la victoria sobre los cananeos, los israelitas continuaron su camino por el desierto, pero comienzan a quejarse nuevamente contra Dios y contra Moisés debido a las condiciones difíciles y la falta de alimentos y agua. Al ver Dios estas quejas, envía serpientes venenosas, que muerden a muchos israelitas y causan muertes. Dios le dice a Moisés que haga una serpiente de bronce y la coloque sobre una vara. Moisés lo hace y levanta la serpiente de bronce en lo alto, para que todo el que haya sido mordido por una serpiente, al mirar hacia la serpiente de bronce, sea sanado y viva.
En este relato pude darme cuenta de que Dios envió un castigo, pero también la manera de salvarse. Dios a veces nos manda situaciones difíciles en nuestras vidas para darnos cuenta que debemos tener fe y obediencia a él, que estas situaciones pueden ser transformadas en enseñanzas y aprendizaje. También que muchas veces nos quejamos por cosas que no tenemos y no damos las gracias por todo lo que sí poseemos. En conclusión, Parasha Jukat me enseñó la importancia de ser obedientes no solo a Dios sino también a mis padres que siempre quieren lo mejor para mí.
¡Mazal Tov para Ayelet y para toda su familia!