
En Minjá de este Shabat, la joven Sarah Yechivi, hija de Eitán y Keyla, será llamada por primera vez a la Torá, asumiendo de esta forma su condición de adulta en el pueblo judío.
Compartimos unas reflexiones de Sarah sobre su parashá y esta ceremonia tan especial para ella:
Al comienzo de Parashat Noaj nos encontramos a Dios diciéndole a Noaj que el mundo ya no era el de antes, había mucha violencia, y corrupción y faltaba armonía. Así que le dijo a Noaj que construyera un arca, y que colocara siete parejas de cada animal puro y una pareja de cada animal impuro. También le dijo que llevara a su familia. Ese fue el pacto que Dios hizo con Noaj porque Dios le dijo a Noaj que él era el único justo en esa generación. Y así, iba a mandar el diluvio.
Analizando la Parashá, puedo reflexionar sobre cómo Dios encontró a alguien bueno y buscó la forma de salvarlo para poder darle otra oportunidad a la humanidad. También me pongo a pensar en cómo tuvieron que actuar para que todo estuviera tan mal y haya que mandar un diluvio. No deberíamos llegar a ese punto de necesitar un diluvio, deberíamos poder hacer los cambios necesarios para no llegar ahí y sostener un ambiente con paz y sin violencia.
Mazal Tov para Sarah y toda su familia.