Proyecto de Tzedaká: visita al hogar de ancianos “Luz y Vida”
Había 23 abuelitos. Primero les hice karaoke y les coloqué música que ellos mismos me pidieron. Disfrutaron mucho. Qué felicidad ver que mi presencia y alegría podían hacer de un día normal un día especial.
A la hora del almuerzo ayudé a repartir la comida que les llevamos. Estaban muy contentos de comer algo diferente. Después les repartí un kit de aseo con lociones. Fue muy especial y a la vez impactante para mí ver como dependen de otras personas para poder realizar sus actividades diarias.
Me gustó mucho su forma de vida. Es un hogar limpio y se sentía mucha paz. Al finalizar me despedí de ellos y se sintieron algo tristes, me pidieron que no me olvidara de ellos y volviera algún día.
Me sentí muy feliz y satisfecha con mi proyecto de Tzedaká porque pude darles cariño y hacerlos sonreír, comprendí que la vida no es fácil para todos y que debo agradecer todos los días por lo que tengo y por tener una familia a la cual puedo abrazar.
Gracias a esta actividad pude brindar amor y alegría a personas que lo necesitan y esto es lo más valioso que quedó en mi corazón.
